Hay
relaciones de pareja que, vistas desde fuera, podría parecer que no
tienen sentido alguno y que es incomprensible que permanezcan juntos
a pesar de las discusiones, de la relación tan tormentosa, de la
apatía o simplemente de las idas y venidas que se prolongan en el
tiempo.
Es
importante que sepamos que una situación que se repite es porque hay
un goce en ella. Goce es aquello que le da sentido, que sin ello no
tendría razón de ser, es como una especie de satisfacción. Es muy
paradójico, porque para pensarlo tenemos que acercarnos desde la
teoría psicoanalítica, que nos muestra cómo funciona nuestra mente
en profundidad, cómo son nuestros mecanismos psíquicos. Digamos que
hay una parte inconsciente que es de donde provienen nuestros
afectos, nuestros sentimientos, nuestra memoria...es una forma de
energía que necesita manifestarse y cuando sale al “exterior”,
es decir, a lo que llamamos conciencia, aparece de una manera
deformada por la acción de ciertos mecanismos antes de atravesar la
censura, esa puerta que no permite la entrada de los elementos
reprimidos provenientes del inconsciente por ser escandalosos para la
moral, y que por otro lado son la energía que mueve el motor de
nuestro vivir. …. Pues bien, lo que puede parecer algo muy
displacentero para la conciencia el psicoanálisis nos ha demostrado
que hay un goce inconsciente ahí, por eso se repite. Por ejemplo,
todos sabemos del masoquismo.
Cuando
en una relación hay situaciones que aparentemente son dolorosas, se
repiten, hay como un “enganche” que es ese goce del que hablamos
y que en realidad es lo que une a la pareja, es digamos, un síntoma
en la pareja. No es el amor lo que los une, sino ese síntoma, esa
satisfacción sustitutiva (que puede ser por ejemplo buscar
inconscientemente castigo para aliviar una culpa inconsciente de ahí
que la relación sea tan tormentosa, o repetir una situación
conflictiva familiar de la familia de origen, donde la pareja es un
fantasma emocional de ella). Hay parejas que comienzan a “curarse”
de eso que los ha unido, que hace que “encajen” de una manera
perfecta, donde cada uno hace un papel y que cuando el síntoma
desaparece, también la relación se rompe o comienzan, trabajándolo
en análisis, a transforman su manera de amar, a producir un amor
basado en el bienestar. Porque ¡cuidado! puedes estar así toda la
vida, unidos por el síntoma.
Laura
López Psicoanalista Grupo Cero
y
especialista en Terapia de Pareja y Sexualidad
Telf.:
610 86 53 55