lunes, 12 de diciembre de 2016

LO QUE SIEMPRE TE HAS PREGUNTADO DE LA TERAPIA DE PAREJA




¿QUÉ ES LA TERAPIA DE PAREJA?
    La terapia de pareja es una herramienta muy eficaz que proporciona una transformación en el seno de la relación, que o bien está anclada, estancada, o padece de diversas problemáticas que hacen ver la relación como sufriente, insatisfactoria, o donde la culpabilidad y el reproche nublan el día a día.
   También actúa como un lugar donde poder hablar y pensar cuestiones con una persona externa y profesional que le va a escuchar sin juzgarlo, atendiendo a la dimensión de sus deseos verdaderos, en esa complejidad humana. Hay cuestiones que si se tratan con personas cercanas, familiares, o la misma pareja, hacen que esas relaciones se estropeen. Opininiones todo el mundo tiene y uno siempre elige la que es más acorde a su forma de pensar. El profesional, en este caso terapeuta de parejas con formación psicoanalítica, va a escuchar aquellos elementos que pasan desapercibidos para otras personas, y que tienen que ver con los deseos inconscientes que producen a veces un conflicto interno y, en consecuencia, situaciones y relaciones que no se entienden y que se escapan a lo razonable.

¿PARA QUÉ SIRVE?
    Sirve, en unas ocasiones, para lograr tomar las decisiones más adecuadas para el seno de la pareja o de la familia y para la persona individual. Sabemos de cómo la moral y la ideología familiar hacen mella en la persona. Hay formas de pensar que coartan el desarrollo y la satisfacción individual, conllevando inevitablemente a rupturas y a posiciones en la relación donde el bienestar está ausente.
    También es muy importante para poder resolver y transformar problemáticas que se instalan en la pareja. El amor y el deseo son producto-efecto de un trabajo y hay prejuicios y deseos incosncientes (que son los verdaderos, los que guían nuestros pasos) que si no se les da el cauce adecuado, pueden hacer que no se construya una relación sana. Cada miembro de la pareja viene de familias diferentes, de una manera de entender el amor y el deseo, que a veces choca con el otro, haciéndose de espejo. Hay discusiones y cuestiones de las que nunca se sale de ahí, y se repiten una y otra vez, como en un bucle. Hay algo más allá de lo aparente, que guarda relación con elementos y conflictos internos de esos “fantasmas” familiares y maneras de aprender a amar y desear. No olvidemos que las primeros objetos amorosos y donde se aprenden los sentimientos es en el seno de las primeras familias.
    Hay personas que acuden como forma de consulta, para lograr tener un espacio y adquirir herramientas más realistas y acordes a sus deseos y a los de la relación. Otras, cuando ya están instaladas cuestiones que se les hace muy difícil sobrellevarlas: infidelidad, celos, envidia, monotonía, relaciones conflictivas, problemas en la educación de los hijos, problemas con las familias políticas, problemáticas sexuales (impotencia, eyaculación precoz, anorgasmia, falta de deseo...)
   Si alguno de los miembros de la pareja no quiere asistir, puede acudir la persona que sí lo desea, porque el hecho de que comience la terapia, va a permitir que esa relación de espejo se rompa, y pueda pronunciar otras palabras que le llevarán a otras reacciones y situaciones. Cuando el papel de uno de ellos cambia, el otro también actúa de otra manera.


¿PARA QUIEN ESTARÍA INDICADA?
    Estaría indicada para toda aquella o aquellas personas que quieran mejorar sus relaciones, que necesiten un lugar para poder hablar y liberarse de conflictos y cuestiones que le inquietan, para aquellas que quieran transformar una problemática en conncreto y, sobre todo, todas aquellas que decidan vivir mejor años futuros.

¿ES COMO DAR CONSEJOS?
    Consejos todo el mundo da, parace que es más fácil resolver lo ajeno que lo propio, pero los consejos son un arma de doble filo. Lo que sirve para una persona, para otra no es válido, e incluso en una misma persona no sirve tampoco dependiendo del momento.
   Además, cada uno va a hacer como suyo el consejo que sea más acorde a lo que uno piensa, y eso no le transforma a uno en nada, sino que le mantiene en esa forma de hacer que le está conduciendo a la insatisfacción o la problemática. Padecemos de nuestra forma de pensar.
   La terapia le proporciona una escucha en la que podrá entender cuáles son sus verdaderos deseos y donde se construirá una nueva personalidad que podrá utilizar cuando necesite. La terapia no se va meter en su forma de ser o de pensar, le ayudará a hacer los cambios necesarios y a resolver muchas cuestiones que no le permiten alcanzar un bienestar. La realidad depende de la interpretación que se haga de la misma, de su mirada, y la mirada está bañada por los prejuicios y por la moral. Hay cuestiones que se catalogan y se juzgan de manera que no se ve lo que realmente hay de transfondo, que el profesional terapeuta de parejas le va a ayudar a descifrar y permitirle saber que nada es lo que parece. El deseo a veces toma derroteros tan inverosímiles...

¿CÓMO SABEMOS QUE ELEGIMOS AL PROFESIONAL ADECUADO?
    Le recomendamos elija un profesional que se encuentre en formación continua, con el respaldo de una Escuela, que esté en una comunidad de profesionales, donde le garantice que esa persona cuida de su formación, tiene sesiones individuales propias donde cuida también de su salud mental y realiza supervisiones de casos.



Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y
experta en Terapia de Pareja y Sexualidad
Telf. 610865355
www.terapiadeparejaenmalaga.es

domingo, 11 de diciembre de 2016

INFIDELIDAD: ¿PERDÓN, OLVIDO, RUPTURA..?

 


     NO HAY UNO SIN DOS, NI DOS SIN TRES. El otro es el que viene a marcar una separación, una distancia y lo que hace que se funde el deseo, que seamos deseantes más allá de la relación “simbiótica” con la madre. El tercero nos civiliza, viene a marcar esa separación tan necesaria para que podamos diferenciarnos y para poner la líbido en el mundo.
     En la complejidad del ser humano y en sus relaciones donde el amor, el deseo y el goce se conjugan frente al otro, ocurren muchas cuestiones que “se escapan”, que no se entienden, que uno cree tener bajo control pero que no funcionan, y donde la moral muestra un camino que se torna imposible y que ahoga, hace dar curvas para mostrar a veces un sin sentido que habla de nuestra verdad, la verdad del deseo.
    Hay personas que aun estando físicamente con la pareja, no se encuentran allí. Hay síntomas sexuales que hablan de que el otro no es, y traiciones que se cometen aireando aspectos privados de esa relación con otras personas. ¿Relaciones sexuales y el otro se entera? ¿No ha sido "sincera" esa persona y tendría que haberlo hecho de otra manera? Hay que tener en cuenta que aquello que ocurre en la relación tiene que ver con una implicación inconsciente de ambos, más allá de lo que se pueda señalar desde fuera. Lo que ha acontecido, la forma en que se ha desvelado y el hecho de que se haya desvelado, tiene que ver con otra cosa que lo aparente. NO HAY BLANCO O NEGRO, MAL O BIEN, eso entra dentro del orden de la moral y aquí no estamos hablando de eso, no es cuestión de juzgar a nadie ni de buscar culpables. Hay que recordar que nadie es posesión de nadie.
       HAY QUIEN BUSCA QUERIENDO ENCONTRAR, porque en una posición neurótica, donde el estar bien, es muy intolerado. Es como si se provocaran pequeñas crisis para avivar la relación.
    Hay SITUACIONES DONDE LA INCLUSIÓN DE UN TERCERO MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS en la relación, DONDE INCLUSO HACEN MEJORARLA. Sí, porque digamos que a veces funciona como un síntoma, donde señala que algo no iba bien. Hay personas que van renunciando a su parcela personal y en lugar de producir su propia vida y encontrarse con el otro en el orden del deseo, lo hacen aquejados de obligaciones, imposiciones y en el orden de lo necesario, y se busca así inconscientemente esa fusión de dos personas en una, recordando, claro está, a esa relación materno-filial. ¿Así cómo va a acontecer el deseo por el otro?
    También se confunde lo familiar, ser padre y madre, con ser hombre y mujer, y se aparta de esta manera la posibilidad de seguir construyendo la pareja. TODO ES PRODUCTO-EFECTO DE UN TRABAJO, TAMBIÉN EL AMOR Y EL DESEO. El hecho de que otra persona desee a la pareja hace que se vea como un hombre o como una mujer y se aviva la llama de la pasión. No olvidemos que se desean deseos.
     En otras ocasiones tiene más que ver con un deseo del que dice ser “víctima” de esa infidelidad (un deseo inconsciente) puesto en juego en la figura del otro. Por ejemplo, los celos paranoicos, tienen más que ver con un deseo reprimido, no tolerado, siendo la fórmula : yo no soy quien lo desea, sino mi pareja, y ahí, en esa fijación, poco importan las certezas que se puedan encontrar en la realidad, porque lo que está en juego siempre es la realidad psíquica, que es la que genera la realidad material.. HAY DESEOS PROPIOS QUE NOS ESCANDALIZARÍAN Y QUE SE MANTIENEN REPRIMIDOS. Reprimido no quiere decir olvidado, apartado, porque esos deseos tienen una energía muy fuerte que siempre se manifiestan de alguna manera, y lo hacen de forma disfrazada. Hay cuestiones reprimidas que están en la base de muchas problemáticas en la pareja y que no se ven, sólo se sabe de ellas por los resultados y es la interpretación psicoanalítica la que nos da luz, desmorona y transforma esos “síntomas”.
    CUANDO LA INFIDELIDAD SIRVE PARA ROMPER LA RELACIÓN ES PORQUE ESA RELACIÓN YA ESTABA ROTA, O PORQUE PUDO MÁS LA MORAL QUE EL AMOR. La moral puede llegar incluso a matar y hacer desgraciadas a muchas personas. No estamos hablando de la ausencia de límites, porque los límites son muy necesarios en la vida, pero también es muy necesario saber de nuestros deseos para llegar a conciliarnos con nosotros mismos y darles el cauce más apropiado posible. La palabra es un cauce para ello pero con la escucha y la interpretación del psicoanalista, porque no olvidemos que siempre hay un deseo inconsciente que se muestra como realizado en las situaciones más ilógicas y sufrientes que nos podamos llegar a encontrar.

Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y
experta en Terapia de Pareja y sexualidad
Telf.:0034 610 865 355         
lalgpsico@gmail.com          



miércoles, 6 de abril de 2016

DEPENDENCIA EMOCIONAL: YO LA SUPERÉ CON PSICOANÁLISIS



Laura López Psicoanalista Grupo Cero
Telf.: +34 610 86 53 55

DEPENDENCIA EMOCIONAL: YO LA SUPERÉ CON PSICOANÁLISIS


Quería traeros una experiencia personal. Comencé a estudiar psicoanálisis porque había una persona muy cercana a mí que padecía psíquicamente de síntomas que le impedían relacionarse y vivir una vida satisfactoria. Cuando me dijeron que también a parte de estudiar, yo tendría que estar en mi análisis personal me entró mucho miedo y estuve meses dándole vueltas, dándole forma a esa decisión. Lo primero que pensé fue pero si yo estoy muy bien ¿para qué voy a psicoanalizarme?En el fondo tenía mucho miedo de transformar cosas en mí que sabía que tampoco me hacían felices y que no entendía. Fue una experiencia para mí impactante porque el hecho de poder hablar en voz alta todo lo que se me pasaba por la cabeza me produjo tal liberación, un conocimiento de mí misma , una transformación a lo largo de estos años muy importante. Me he dado cuenta que estamos ciegos a nosotros mismos y que hay cosas que me pasaban en mis relaciones que se me repetían una y otra vez y me hacían sentir mal y perdida.
Yo sufrí de dependencia emocional, ahora lo sé, pero en ese momento estaba ciega, no me daba cuenta de nada. Vivía en mi burbuja particular, ajena al mundo, creyéndome que todos los demás se equivocaban. Entre mis síntomas, ahora lo puedo decir, estaban la ausencia total de límites y problemas morales: lo que está bien, lo que está mal. Con tal de sentirme amada era capaz de cualquier cosa. No me regía ningún principio, solamente el de las exigencias del “amor”, que en realidad deberíamos llamarlo “enamoramiento”, que es como una locura mental transitoria. Dejé de mirar por mí, porque me sentía egoísta si lo hacía. Cuando en realidad, el mirar por ti, es mirar por la relación misma y por muchas otras personas, porque una vida sostiene a más de diez, somos una cadena. Detuve mi crecimiento personal y laboral porque me sentía culpable si yo estaba feliz y realizada. La otra persona que siempre estaba mal y encima exigiéndome renuncias, yo creía que estaba en mi obligación como ser humano (un pensamiento muy cristiano) estar ahí ayundándole cuando en realidad lo que estaba era ahogándome, yo ponía mi otra mejilla y me golpeaba, vaya si me golpeaba, simbólicamente hablando. Ahora aprendí que nadie se salva si no se quiere salvar y que una persona no puede hacer de terapeuta de otra sin marcar unas pautas en las que uno hace de profesional y otro de paciente (uno recibe el pago por su trabajo y el otro paga), así se evita que se vuelva una relación “loca” de que tú me debes, yo hice por ti, tú tienes la obligación de ayudarme porque estás conmigo..
Pero no es sino transformándose uno mismo que evita tener este tipo de relaciones porque una relación de “dependencia” emocional remite a la etapa de dependencia infantil con nuestra función madre que era tan vital y necesaria para que no muriéramos. Digamos que a veces una madre sobreprotectora que nos hace muy dependientes de ella o incluso no haber resuelto de una manera adecuada el Complejo de Edipo (el pasaje que nos hace pasar de la relación única con la madre al mundo por la llegada del tercero, o la ley, el Nombre del Padre) provoca que nuestras relaciones en la etapa adulta sigan siendo una relación infantil con nuestra madre. Esa es la raíz de la dependencia emocional. No es que seas más bueno/a, o un/a santa, o un cacho de pan, eres un pequeño/a niñ/a en los brazos de tu madre queriendo hacer con esa relación o relaciones lo mismo. A veces también uno hace de madre tapando bocas demandantes. Te sometes porque a la vez también sometes al otro para que todo sea inamovible y para siempre, vamos, una ilusión condenada a la hostilidad.
Un delirio que no puede llegar a ninguna parte, solamente a la enfermedad, a la insatisfacción y la culpa. Si yo pude, tú también puedes. Con psicoanálisis tus relaciones estarán en el orden del amor, de los límites, de los pactos, y del deseo.


Laura López Psicoanalista Grupo Cero
Telf.: +34 610 86 53 55

jueves, 18 de febrero de 2016

IMPOTENCIA SEXUAL


Laura López,          
Especialista en Sexualidad y 
Terapia de Pareja      
Presencial y online    
Telf.: 610 86 53 55    
lalgpsico@gmail.com   

martes, 2 de febrero de 2016

jueves, 28 de enero de 2016

HASTA QUE EL SÍNTOMA NOS SEPARE


Hay relaciones de pareja que, vistas desde fuera, podría parecer que no tienen sentido alguno y que es incomprensible que permanezcan juntos a pesar de las discusiones, de la relación tan tormentosa, de la apatía o simplemente de las idas y venidas que se prolongan en el tiempo.
Es importante que sepamos que una situación que se repite es porque hay un goce en ella. Goce es aquello que le da sentido, que sin ello no tendría razón de ser, es como una especie de satisfacción. Es muy paradójico, porque para pensarlo tenemos que acercarnos desde la teoría psicoanalítica, que nos muestra cómo funciona nuestra mente en profundidad, cómo son nuestros mecanismos psíquicos. Digamos que hay una parte inconsciente que es de donde provienen nuestros afectos, nuestros sentimientos, nuestra memoria...es una forma de energía que necesita manifestarse y cuando sale al “exterior”, es decir, a lo que llamamos conciencia, aparece de una manera deformada por la acción de ciertos mecanismos antes de atravesar la censura, esa puerta que no permite la entrada de los elementos reprimidos provenientes del inconsciente por ser escandalosos para la moral, y que por otro lado son la energía que mueve el motor de nuestro vivir. …. Pues bien, lo que puede parecer algo muy displacentero para la conciencia el psicoanálisis nos ha demostrado que hay un goce inconsciente ahí, por eso se repite. Por ejemplo, todos sabemos del masoquismo.
Cuando en una relación hay situaciones que aparentemente son dolorosas, se repiten, hay como un “enganche” que es ese goce del que hablamos y que en realidad es lo que une a la pareja, es digamos, un síntoma en la pareja. No es el amor lo que los une, sino ese síntoma, esa satisfacción sustitutiva (que puede ser por ejemplo buscar inconscientemente castigo para aliviar una culpa inconsciente de ahí que la relación sea tan tormentosa, o repetir una situación conflictiva familiar de la familia de origen, donde la pareja es un fantasma emocional de ella). Hay parejas que comienzan a “curarse” de eso que los ha unido, que hace que “encajen” de una manera perfecta, donde cada uno hace un papel y que cuando el síntoma desaparece, también la relación se rompe o comienzan, trabajándolo en análisis, a transforman su manera de amar, a producir un amor basado en el bienestar. Porque ¡cuidado! puedes estar así toda la vida, unidos por el síntoma.

Laura López Psicoanalista Grupo Cero
y especialista en Terapia de Pareja y Sexualidad
Telf.: 610 86 53 55