jueves, 28 de enero de 2016

HASTA QUE EL SÍNTOMA NOS SEPARE


Hay relaciones de pareja que, vistas desde fuera, podría parecer que no tienen sentido alguno y que es incomprensible que permanezcan juntos a pesar de las discusiones, de la relación tan tormentosa, de la apatía o simplemente de las idas y venidas que se prolongan en el tiempo.
Es importante que sepamos que una situación que se repite es porque hay un goce en ella. Goce es aquello que le da sentido, que sin ello no tendría razón de ser, es como una especie de satisfacción. Es muy paradójico, porque para pensarlo tenemos que acercarnos desde la teoría psicoanalítica, que nos muestra cómo funciona nuestra mente en profundidad, cómo son nuestros mecanismos psíquicos. Digamos que hay una parte inconsciente que es de donde provienen nuestros afectos, nuestros sentimientos, nuestra memoria...es una forma de energía que necesita manifestarse y cuando sale al “exterior”, es decir, a lo que llamamos conciencia, aparece de una manera deformada por la acción de ciertos mecanismos antes de atravesar la censura, esa puerta que no permite la entrada de los elementos reprimidos provenientes del inconsciente por ser escandalosos para la moral, y que por otro lado son la energía que mueve el motor de nuestro vivir. …. Pues bien, lo que puede parecer algo muy displacentero para la conciencia el psicoanálisis nos ha demostrado que hay un goce inconsciente ahí, por eso se repite. Por ejemplo, todos sabemos del masoquismo.
Cuando en una relación hay situaciones que aparentemente son dolorosas, se repiten, hay como un “enganche” que es ese goce del que hablamos y que en realidad es lo que une a la pareja, es digamos, un síntoma en la pareja. No es el amor lo que los une, sino ese síntoma, esa satisfacción sustitutiva (que puede ser por ejemplo buscar inconscientemente castigo para aliviar una culpa inconsciente de ahí que la relación sea tan tormentosa, o repetir una situación conflictiva familiar de la familia de origen, donde la pareja es un fantasma emocional de ella). Hay parejas que comienzan a “curarse” de eso que los ha unido, que hace que “encajen” de una manera perfecta, donde cada uno hace un papel y que cuando el síntoma desaparece, también la relación se rompe o comienzan, trabajándolo en análisis, a transforman su manera de amar, a producir un amor basado en el bienestar. Porque ¡cuidado! puedes estar así toda la vida, unidos por el síntoma.

Laura López Psicoanalista Grupo Cero
y especialista en Terapia de Pareja y Sexualidad
Telf.: 610 86 53 55