jueves, 11 de abril de 2013

ME CUESTA TANTO OLVIDARTE




Las relaciones se transforman, incluso llegan a romperse, hay separaciones, encuentros con otros...La vida sentimental de toda persona está sujeta a cambios, como ocurre en otros aspectos de la esfera personal. Hay pensamientos generales, ideologías imperantes, que nos hacen ver cuestiones cotidianas de forma neurótica y carentes de todo sentido crítico e incluso llegan a no ser saludables. Sobre todo ocurre en aspectos relacionados con el amor, que nos llenan de prejuicios y de cuestionamientos acerca de lo que debe o no debe ser. Parece que cuando se rompe una pareja, si se produce un estado depresivo o no puede olvidarse a esa persona inclusive durante toda la vida es prueba inefable de un amor “verdadero”, “el amor de su vida”. Ya caemos de nuevo en tópicos fatales, que tanto enclaustran a una persona en un pensamiento y tanto daño provocan. Al contrario de lo que se piensa, cuando una relación, un objeto amoroso es abandonado (sea por una parte o por otra), tras ese periodo de duelo, esa tristeza habitual y necesaria y ese paulatino desligar su líbido del objeto, esa persona ha de ser capaz de SUSTITUIR (por otra persona, o ideal, o cualquier otra cosa). Ese es todo criterio de salud, y si no lo logra,no es que no lo haya superado de tanto amor que le profesaba, es porque estamos hablando de una depresión, que no es una prueba de amor verdadero, es un trastorno muy grave, que nada tiene que ver con la persona de la que uno se enamora.Es un posicionamiento psíquico ante una pérdida, que hace que te identifiques a ella y no permite ver nada más.Quien más ha amado a otra persona es quien antes puede sustituirla, porque si no, para el psiquismo estamos hablando de un amor materno-filial, neurótico, en cuyo imaginario (porque una cosa es la realidad objetiva y otra la psíquica) es la madre. Es decir, sabemos que el ser humano para entrar en el mundo y gozar de su condición de humano y sujeto psíquico ha de ser capaz de sustituir a su madre, a su padre, por otras mujeres,por otros hombres, si no es capaz, es porque para él o para ella, es la madre, aquella función que en todo nos saciaba. Lo que aparentemente parece un amor de los de verdad (muchos dirían),es precisamente todo lo contrario, porque también habla de cierto narcisismo en ese mecanismo de identificación, amarse a sí mismo en el otro, no amarlo en su verdadera dimensión.También se desmoronó ya la idea de la media naranja, así que no te exprimas más porque si no puedes trabajar, amar de nuevo, ilusionarte con otras cosas... tal vez tengas que permitirte cruzar el puente hacia el mundo, y mirar de frente a la humanidad. Y si solo no puedes o tal vez has sentido cierta aversión al leer esto, planteáte a qué prejuicios te encuentras atado, que no te dejan ver las oportunidades que la vida te brinda. Consulta con un psicoanalista.
Laura López psicóloga-psicoanalista
Telf 610865333  

EL AMOR VERDADERO


    
    A punto de naufragar, la afirmación de que no sería el amor verdadero llena de nubes una tormenta a punto de estallar. El llanto baña las ilusiones y los cuentos de hadas,cuando en realidad se hace necesaria la desilusión para comenzar a construir el amor. Pensar que en el amor todo nos viene hecho, que cuando nos llega, nos daremos cuenta, que no hará falta nada más, ni siquiera casi hablar, que todo fluirá como si de algo mágico se tratara, es exigir una fantasía que estropeará la realidad. Se habla del destino, del amor de tu vida pero...¿de qué vida?¿Una vida en la que solamente ese amor te colma y te calma todo cuanto tiene sentido en tu existencia?Así se generaran grandes frustraciones y grandes frustrados donde víctimas de esa forma de pensar, se pretende vivir de forma única, guiada por los mismos ojos, espejismos de un único amor. No somos los mismos a lo largo del tiempo, ni tenemos los mismos gustos. En nuestros encuentros nuestros pensamientos se transforman, se enriquecen y esto hace que vivamos varias vidas, varias pasiones, en nosotros. Esto se refleja en las relaciones, que no están sujetas a la rigidez de una vida, porque eterno, no hay nada, ni la vida misma, si no será la ilusión de la inmortalidad lo que guíe nuestra existir y nuestras relaciones. En la transformación de nuestros pasos se van gestionando los ritmos de la relación, ¡todo un trabajo! que si no se gestiona bien, provocará una ruptura, una tras otra hasta querer alcanzar al ser perfecto. Las relaciones tienen mil formas y colores, lo que es normal para unos, para otros no y en lo humano, tendemos a compararnos con familiares, amigos, con los otros...tratando de averiguar lo que es el amor y cómo sería una relación perfecta, un amor verdadero y si no nos funciona el modelo establecido, entonces no es amor. Lejos de crear convencionalismos, olvídate de historias y permítete ayudar a construir el amor en tu verdadera vida, la real, consulta a tu terapeuta de parejas.
Laura López psicóloga-psicoanalista
Telf.: 610865355