NO HAY UNO SIN DOS, NI DOS SIN TRES. El otro es el que viene a marcar una separación, una distancia y lo que hace que se funde el deseo, que seamos deseantes más allá de la relación “simbiótica” con la madre. El tercero nos civiliza, viene a marcar esa separación tan necesaria para que podamos diferenciarnos y para poner la líbido en el mundo.
En la complejidad del
ser humano y en sus relaciones donde el amor, el deseo y el goce se
conjugan frente al otro, ocurren muchas cuestiones que “se
escapan”, que no se entienden, que uno cree tener bajo control pero
que no funcionan, y donde la moral muestra un
camino que se torna imposible y que ahoga, hace dar curvas para
mostrar a veces un sin sentido que habla de nuestra verdad, la verdad
del deseo.
Hay personas que aun
estando físicamente con la pareja, no se encuentran allí. Hay
síntomas sexuales que hablan de que el otro no es, y traiciones que
se cometen aireando aspectos privados de esa relación con otras
personas. ¿Relaciones sexuales y el otro se entera? ¿No ha sido "sincera" esa persona y tendría que haberlo hecho de otra manera? Hay
que tener en cuenta que aquello que ocurre en la relación tiene que
ver con una implicación inconsciente de ambos, más allá de lo que
se pueda señalar desde fuera. Lo que ha acontecido, la forma en
que se ha desvelado y el hecho de que se haya desvelado, tiene que
ver con otra cosa que lo aparente. NO HAY BLANCO O NEGRO, MAL O
BIEN, eso entra dentro del orden de la moral y aquí no estamos
hablando de eso, no es cuestión de juzgar a nadie ni de buscar
culpables. Hay que recordar que nadie es posesión de nadie.
HAY QUIEN BUSCA QUERIENDO ENCONTRAR, porque en una posición neurótica, donde el estar bien, es muy intolerado. Es como si se provocaran pequeñas crisis para avivar la relación.
HAY QUIEN BUSCA QUERIENDO ENCONTRAR, porque en una posición neurótica, donde el estar bien, es muy intolerado. Es como si se provocaran pequeñas crisis para avivar la relación.
Hay SITUACIONES DONDE LA
INCLUSIÓN DE UN TERCERO MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS en la
relación, DONDE INCLUSO HACEN MEJORARLA. Sí, porque digamos que a
veces funciona como un síntoma, donde señala que algo no iba bien.
Hay personas que van renunciando a su parcela personal y en lugar de
producir su propia vida y encontrarse con el otro en el orden
del deseo, lo hacen aquejados de obligaciones, imposiciones y en el
orden de lo necesario, y se busca así inconscientemente esa fusión
de dos personas en una, recordando, claro está, a esa relación
materno-filial. ¿Así cómo va a acontecer el deseo por el otro?
También se confunde lo
familiar, ser padre y madre, con ser hombre y mujer, y se aparta de
esta manera la posibilidad de seguir construyendo la pareja. TODO ES
PRODUCTO-EFECTO DE UN TRABAJO, TAMBIÉN EL AMOR Y EL DESEO. El hecho
de que otra persona desee a la pareja hace que se vea como un hombre
o como una mujer y se aviva la llama de la pasión. No olvidemos que
se desean deseos.
En otras ocasiones tiene
más que ver con un deseo del que dice ser “víctima” de esa
infidelidad (un deseo inconsciente) puesto en juego en la figura del
otro. Por ejemplo, los celos paranoicos, tienen más que ver con un
deseo reprimido, no tolerado, siendo la fórmula : yo no soy quien lo
desea, sino mi pareja, y ahí, en esa fijación, poco importan las
certezas que se puedan encontrar en la realidad, porque lo que está
en juego siempre es la realidad psíquica, que es la que genera la
realidad material.. HAY DESEOS PROPIOS QUE NOS ESCANDALIZARÍAN Y QUE
SE MANTIENEN REPRIMIDOS. Reprimido no quiere decir olvidado,
apartado, porque esos deseos tienen una energía muy fuerte que
siempre se manifiestan de alguna manera, y lo hacen de forma
disfrazada. Hay cuestiones reprimidas que están en la base de muchas
problemáticas en la pareja y que no se ven, sólo se sabe de ellas
por los resultados y es la interpretación psicoanalítica la que nos
da luz, desmorona y transforma esos “síntomas”.
CUANDO LA INFIDELIDAD
SIRVE PARA ROMPER LA RELACIÓN ES PORQUE ESA RELACIÓN YA ESTABA
ROTA, O PORQUE PUDO MÁS LA MORAL QUE EL AMOR. La moral puede llegar incluso a matar y hacer desgraciadas a muchas personas. No estamos hablando de la ausencia de límites, porque los límites son muy necesarios en la vida, pero también es
muy necesario saber de nuestros deseos para llegar a conciliarnos con
nosotros mismos y darles el cauce más apropiado posible. La palabra
es un cauce para ello pero con la escucha y la interpretación del
psicoanalista, porque no olvidemos que siempre hay un deseo
inconsciente que se muestra como realizado en las situaciones más
ilógicas y sufrientes que nos podamos llegar a encontrar.
Laura López, Psicoanalista
Grupo Cero y
experta en Terapia de
Pareja y sexualidad
Telf.:0034 610 865 355
lalgpsico@gmail.com
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