Tras una ruptura
sentimental, lo ideal es asumirla, elaborar el duelo por esa pérdida
y continuar habitando en el deseo que es lo genuinamente humano. ¿Qué
ocurre cuando no se puede superar? En este caso, la relación
sentimental, más allá de convertirse en un hombre o una mujer con
él/la que nos ha acompañado en un perido de nuestra vida y se han
construído proyectos en común, se reviste con el brillo de la
propia historia infantil, de esos fantasmas inconscientes que son
nuestros primeros modelos de relación, los familiares, que envuelven
con su halo cada relación y la tocan, hasta el punto de ser la
herencia de la ilusión de esa madre eterna, infinita, perfecta, que
en realidad nadie tiene. Anclados en este pensamiento inconsciente y
proyectado en esa relación o bien en el suceder de relaciones
efímeras una tras otra, en esa búsqueda infructuosa con la madre,
con ese ideal, son ambas maneras de no superar el horror a ese vacío,
a esa entrada en el mundo, como metáfora de la sustitución de la
función madre..La queja, los sentimientos de culpa, el odio (que es
la otra cara de la misma moneda,una manera de mantener esa relación
incluso durante toda la vida), la negación...enmascaran ese abrazo a
la inmortalidad. El criterio de salud se rige por la capacidad para
amar y trabajar, y dentro de la capacidad para amar, todo sujeto debe
ser capaz de sustituir: un amor por otro, un ideal por otro...Cuando
las lágrimas me impiden ver el resto del mundo ¿qué realidad
psíquica gobierna mi vida?
Laura
López psicóloga-psicoanalista
lauralopez@psicoanalistaenmalaga.com
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