Es frecuente ver en
consulta cómo un miembro de la pareja culpabiliza al otro de la
problemática que los ha traído o bien de la crisis en la que se
encuentran. ¿Pero es cuestión de buscar un culpable? En ocasiones
vemos cómo hay una insistencia en que “reconozca” aquello que
supuestamente les ha llevado a esa situación e incluso que opinen
terceros, cuartos y quintos de la fila, un vox populi en el que lo
que lo que se evade realmente es la implicación de cada uno y de
cada una. Digamos que se sostiene una situación en la que echamos el
muerto encima al otro cuando en realidad, desde un principio, estaba
en nuestros brazos. Desde el psicoanáĺisis sabemos que nada es lo
que parece y lo que le ocurre a un miembro de la pareja siempre,
siempre va unido a lo que le pasa al otro. Hay digamos que un
pacto inconsciente entre los dos, que sus ojos, vendados, ajenos a
esa parte de nosotros mismos tan desconocida (de ahí que no se sepa
a veces por qué se realizan ciertos actos, o no nos reconocemos a
nosotros mismos) están jugando un papel primordial en la escena.
Hay deseos inconscientes que se proyectan en el otro y llevan a
situaciones y a actos disfrazados unas veces de casualidad y otras
veces de actos abiertos llenos de arrepentimientos y reproches.
Cuestiones insconscientes en referencia a lo que es un hombre, una
mujer, la sexualidad...que afectan, sobredeterminan, hacen que se
desplieguen en la tabla de ajedrez del juego del amor, rompan la
partida y se confunda la verdadera finalidad: jugar,
caminar un trecho juntos.
Laura
López, psicóloga-psicoanalista
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